El Color Rush para Atlanta y Tampa Bay. |
Segundo enfrentamiento entre
estos rivales de la NFC Sur. Abrieron la temporada jugando entre ellos y en la
semana inaugural terminó imponiéndose Tampa Bay en el Georgia Dome con marcador
de 31 – 24. Con este resultado, parecía que la temporada de Atlanta vislumbraba
un turbulento. Sin embargo, este equipo ha logrado recomponer desde entonces y
es #1 en la NFC Sur. Por su parte, Tampa Bay ha estado lejos de sorprender y se
mantiene como un equipo, a lo más, regular.
Para Atlanta, la temporada en
curso ha sido una reafirmación de lo que presentó en 2015, solo que esta vez la
sincronía entre Kyle Shanahan y Matt Ryan se ha mantenido. El éxito de este
equipo se ha basado, principalmente, en una ofensiva explosiva. Atlanta
mantiene el #1 en puntos anotados (32.8 por juego) y yardas (425 por juego).
Tiene tantos recursos a la ofesnsiva que las defensivas rivales, básicamente, se
deben limitar a elegir por cuál vía esperan que les haga menos daño. En el
grupo de receptores, la figura es Julio Jones (859 yardas, 4 Tds), pero Mohamed
Sanu (342 yardas, 3 Tds), Taylor Gabriel (175 yardas, Td) y Justin Hardy (83
yardas, 2 Tds) también han respondido cuando se les ha requerido. La ofensiva
terrestre no contará con Tevin Coleman, pero Devonta Freeman (543 yardas, 3 Tds)
y Terron Ward (46 yardas) la mantienen con un alto nivel de peligrosidad.
La defensiva, en cambio, aún no
ha mostrado gran progreso. Se mantiene como la cuarta peor en puntos permitidos
(28.9 por juego) y la #25 en yardas (379.2 por juego). El único rubro en el que
ha mejorado en semanas recientes es generando presión sobre el QB. Vic Beasley
(7.5 capturas), Adrian Clayborn (3.5 capturas) y el veterano Dwight Freeney (3
capturas) han apuntalado esta estadística. Sin embargo, Atlanta sigue siendo
muy vulnerable en contra del pase (#27).
Después de una temporada floja en 2015, Mike Evans ha vuelto a mostrarse como uno de los mejores receptores en 2016. |
En lo que corresponde a Tampa
Bay, su ofensiva ha mostrado un progreso moderado. El avance que muestre está
totalmente atado al desempeño de Jameis Winston (1,776 yardas, 14 Tds, 9 Ints).
El jugador de segundo año ha tenido una temporada de altibajos. De hecho, como
ya había comentado en previas anteriores, su tendencia ha sido jugar bien una
semana y la siguiente no tanto. La atención de este quarterback se ha
concentrado en Mike Evans (595 yardas, 6 Tds), mientras que Cameron Brate (248
yardas, 3 Tds) y Adam Humprhies (291 yardas) han tenido roles secundarios que
aumentan o disminuyen según el flujo de los juegos. La ofensiva terrestre ha
sido menos constante debido, en gran parte, a la falta de estabilidad en la posición
de corredor. Doug Martin y Charles Sims han perdido juegos por lesiones lo que
ha obligado al surgimiento de Jacquizz Rodgers y, más recientemente, Peyton
Barber. Hasta ahora, Tampa Bay solo tiene 4 Tds terrestres.
Defensivamente, Tampa Bay es muy
vulnerable. Si acaso, ha mostrado algo de solidez en contra de la carrera por
jugadores como Gerald McCoy, Lavonte David y Kwon Alexander. Pero en contra del
pase, esta defensiva ha estado lejos de ser, siquiera, competente. Basta decir
que Derek Carr (513 yardas, 4 Tds) hizo lo que quiso. Con tan poco tiempo de
preparación y con una dupla de safeties (Bradley McDougald, Chris Conte) con
tantas deficiencias en cobertura de pase, el escenario no luce bien para esta
defensiva en contra de Ryan, Jones y compañía.
Estadísticamente, no hay mucho
argumentos a favor de Tampa Bay. Atlanta llega con clara ventaja, aun cuando el
juego pueda tornarse en un duelo de ofensivas. El factor de que sean rivales de
división siempre añade incertidumbre, ya hemos visto demasiadas veces que entre
rivales divisionales todo es posible. No obstante, me parece que Tampa Bay ya
se llevó la sorpresa en el juego inaugural. Esta vez, corresponde a Atlanta
pegar como visitante. Pronóstico: Atlanta 30 – Tampa Bay 20.
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